Letras: Jim Mayerstein (@jmayerstein)
Unbound es una carrera de gravel que se autodenomina como el evento de gravel más importante del mundo. Con 18 años de historia, la pequeña carrera que empezó en 2006 en la ciudad de Emporia, Kansas (EUA) con apenas 34 participantes, se convirtió en un evento al que actualmente se entra mediante una lotería que abre unos seis meses antes del día de la carrera y que recibe a más de 4,000 ciclistas provenientes de todo Estados Unidos y del mundo.
Pero Unbound no siempre se llamó así. La carrera originalmente se denominaba The Dirty Kanza (a partir de aquí le diremos la DK para no replicar este penoso nombre) y hacía alusión a la región en donde se lleva a cabo con la característica de que en la ruta siempre hay mucha tierra y lodo y quien la recorre, inevitablemente termina muy sucio. El nombre pareciera ser bien intencionado, pero la parte del estado de Kansas en donde tiene lugar la carrera, son territorios de la Nación Kaw cuyos habitantes son también conocidos como los Kanza y su lengua oficial lleva el mismo nombre; de esta manera, la denominación original del evento fue señalada por hacer una referencia despectiva hacia el pueblo Kanza al usar el adjetivo sucio junto con su nombre, lo cual contribuía a perpetuar la opresión y estigmatización que los pueblos nativos sufren en Estados Unidos y en general, en todo el mundo.
En un atinado movimiento, en 2020 los organizadores del evento cambiaron el nombre de la DK a Unbound Gravel, nombre que al ser acompañado por grandes marcas como Garmin y los propietarios Life Time Fitness, en poco tiempo tuvo reconocimiento y sobre todo, la aceptación de atletas, participantes y patrocinadores que comenzaron a deslindarse del evento ante un inicial rechazo al cambio de nombre.
Yo supe de la existencia de la entonces DK por ahí del 2015 cuando trabajé en una marca Especializada de bicis, comenzaba el auge del cyclocross, había una vorágine de innovaciones en tecnologías y bicis, y todas las grandes marcas presumían sus modelos nuevos que sometían a las peores condiciones en los 350 o 560 km de las opciones 200 y 350 millas de la DK.
En aquel entonces me dije: estaría chido hacer eso, pero en ese momento era un empleado de una tienda de bicis en Ciudad de México que no ganaba mucho más que lo suficiente para la renta, comida y uno que otro lujito, pero pensar en inscripción, vuelos, hospedajes, traslados, equipo y entrenamiento era algo totalmente inasequible. No obstante, las decisiones personales, el camino profesional y claro, varios importantes privilegios, se alinearon en los 8 años posteriores a aquel primer vistazo a la DK y en 2023 pude registrarme en la lotería para Unbound en distancia 100 millas, y un día llegó el correo: You’re in!
En ese momento comencé el entrenamiento, la lectura de infinidad de artículos con consejos, el ahorro para los gastos en la carrera, la renta de auto, la bici en el avión y la compra de algunas cosas para mejorar la bici que en ese entonces tenía: una Salsa Fargo 2015 que era más para bikepacking, pero servía para el propósito. Todo iba bien, hasta que el 30 de abril de 2023, a sólo un mes de la carrera, sufrí un asalto mientras entrenaba en una zona remota del Estado de México y con lujo de violencia me quitaron la bici, equipo, y herramienta que era básicamente todo lo que iba a llevar a la carrera.
Cuando esto sucedió, pensé que hasta ahí había llegado y que nuevamente se quedaría en un sueño correr la Unbound, pero gracias al invaluable apoyo de amig@s y conocid@s que me prestaron y hasta regalaron algunas cosas de todo el equipo que necesitaba, un mes después de aquel negro domingo estaba llegando a media noche a Emporia en un carro rentado a casa de una familia que une amigue en Seattle me había referido y aunque no les conocía pensé que tocaba confiar y esperar lo mejor.
No me equivoqué, Unbound 2023 fue más de lo que yo había imaginado: una organización espectacular, una ciudad que pareciera espera todo el año a ese fin de semana para recibir a est@s 4,000 intens@s de la bici que viajan miles de kilómetros en aviones, autos y trenes desde las más remotas partes del mundo, para ir a rodar los caminos rurales de Kansas que el resto del año sólo ven ganado y granjeros.
La carrera es antecedida por una expo en donde se juntan todas las marcas que se ven en los eventos de categoría mundial; atletas olímpicos, elite, campeones nacionales e internacionales se cruzan y conviven sin mayor protocolo con el grueso del evento que somos ciclistas no profesionales enmedio de puestos comida, regalos de las marcas y el icónico tractor de Unbound con un rack para poner la bici y tomarse la foto de recuerdo.
Ese año la ruta fue realmente una aventura, pues el día anterior llovió muchísimo y hubo un tramo de unos 4 kilómetros casi al inicio de la carrera en los que el lodo nivel betún exigía caminar y cargar la bici para avanzar y evitar que algo pudiera dañarse.
Una vez superado este tramo, conforme el día avanzaba la temperatura aumentó a unos 36 grados con 90% de humedad y de un momento a otro el calorón se transformó en fuertes vientos y una tormenta con granizo me acompañó en los últimos 25 kilómetros hasta la meta, que crucé después de 10 horas y media y donde la familia que hacía unas 24 horas eran unos perfectos desconocidos, estaban esperándome bajo la lluvia con la emoción que sólo esperaría de mis mejores amigos. Ahí supe que había ganado más que sólo terminar la carrera ante todas las adversidades del día y de los meses anteriores.
Después de esta experiencia y de haber quedado en sexto lugar de categoría non-binary, me quedé con ganas de volver y así lo hice este 2024. Este año con condiciones de clima espectaculares el día de la carrera; nuevamente el apoyo, compañía y cuidados de la familia Severns (mi nueva familia adoptiva en Kansas); mucha mejor preparación física gracias al acompañamiento del equipo de FP México y una bici hecha a mi medida por mis amigos de Bombardiers Cycles, marca local de Ciudad de México, volví a llenarme de polvo en un circuito que ahora fue trazado al norte de Emporia, con muchos más segmentos técnicos y 15 km más largo que el circuito sur de 2023, pero que logré terminar en 9 horas y volver a casa ahora con el tercer lugar de categoría non-binary.
Estos dos años me han dejado muchísimas experiencias y sobre todo reflexiones, desde el privilegio que es poder transitar entre países, tener la capacidad económica para costear estas competencias y contar con una red de apoyo para facilitar el viaje, hasta lo que representa que exista una categoría non-binary en un evento de este nivel con la intencionalidad y claridad que existe por parte de la organización en las reglas alrededor de esta división que busca apoyar y facilitar la participación en los eventos de Life Time de una manera justa e inclusiva.
Aunque las condiciones si bien aún no son las perfectas, sí son bastante más amigables que lo que hasta ahora tenemos en México, y a pesar de ello, es trascendente que en 2023 sólo habíamos 10 personas en la categoría y en 2024 ese número se redujo a 5. El hecho que el porcentaje de personas no binarias inscritas no representa ni el 10% de todo Unbound, es reflejo de que ni la industria del ciclismo ni el deporte propiamente, han logrado crear espacios realmente inclusivos y seguros más allá del discurso y que fuera del deporte aún existen desigualdades sociales y económicas, violencias y discursos que no permiten una representatividad suficiente de las disidencias en el ciclismo competitivo profesional y no profesional.
El camino aún es muy largo, y en México apenas comenzamos a ver algunos esfuerzos por crear inclusión y diversificar este tipo de eventos competitivos, este año por primera vez hay una carrera que tiene una categoría no binaria y toca exigir que estos espacios sean realmente intencionales, que tengan reglas claras que garanticen el reconocimiento, la seguridad y comodidad de las disidencias que buscan incidir en el deporte y recordar que la categoría no binaria no debe ser creada para relegar a las personas trans, sino para abrir espacio a una verdadera inclusión de todas las personas y entonces lograr que la bici sí pueda ser un vehículo para la libertad de tod@s.
¿Volveremos a Unbound 2025? Yo creo que sí, hay aún mucho que aprender, mucho camino por abrir y muchas ganas de seguir llenándose de tierra.