Fotos por Karla Robles y Daniel Zaid
Texto por Daniel Zaid
Karla y yo fuimos invitadas por Sarah Swallow, quien es la organizadora de Ruta del Jefe, a asistir a este evento que se realiza anualmente; después de haber decidido dos veces que no iríamos principalmente por el costo de transportarnos más de 3 mil kilómetros, una revelación a media madrugada nos hizo cambiar de opinión y le dijimos a Sarah que siempre sí queríamos ir, si es que aún estábamos a tiempo de hacerlo. Cuando Sarah dijo que sí, empezamos a prepararnos para la manejada más larga de nuestras vidas.
¿RUTA DEL QUÉ PARIENTE?
Ruta del Jefe (RDJ) es un evento de un fin de semana que se realiza en el Rancho de Investigación Appleton-Whittell, ubicado en la región ecológica conocida como “Las islas en el cielo” que abarca parte del sur del estado de Arizona, EEUU, y del norte del estado de Sonora, México. El nombre se debe a que esta región desértica cuenta con montañas que se elevan casi 2 mil metros sobre el nivel del mar que tienen las condiciones climáticas propicias para que habiten especies que no podrían sobrevivir en las regiones más bajas; entonces, las montañas actúan como islas, y el desierto de abajo como un mar. RDJ combina aprendizaje y ciclismo con el fin de recaudar fondos para diversas organizaciones que trabajan en el área tanto de carácter humanitario (Indivisible Tohono, No Más Muertes) como ecológico (Cuenca Los Ojos, Rancho Appleton-Whittell, Save the Scenic Santa Ritas).
El nombre de “el Jefe” es en honor a un jaguar del norte (Panthera onca arizonensis) avistado en las Montañas Santa Rita en Arizona y considerado como el único en su especie en los Estados Unidos. El jaguar del norte, antes una especie común en el sureste de los EEUU, se consideraba extinto dentro del país hasta que se dio este avistamiento; una población de ellos se encuentra en la región de Sahuaripa, Sonora donde son parte de un programa de conservación, y a donde se cree que El Jefe emigró porque no se le ha visto desde 2015.
Durante algunas semanas Karla y yo habíamos estado tomando prestada una troca de los 90s para ir al mandado ya que el súper más cercano está a 60 km, y le preguntamos a su dueña qué opinaba de usarla para ir a la ciudad de Tucson, Arizona, a unos 1600 km de distancia. Oírla decir que ella la ha manejado largas distancias y que tenía un historial mecánico casi impecable nos dio la confianza de usarla, pero aún así las noches previas al viaje mi sueño se veía perturbado por pensar en las cosas que podían pasarle a un carro en un viaje tan largo, que sumado a mi absoluta ignorancia en mecánica automotriz, la más mínima falla podría significar la interrupción del viaje.
Echando mano de las oraciones que nuestras madres rezan por nosotros, cargamos bicis y equipo de acampar en la troca y partimos la madrugada del miércoles. Tras dos días de manejo (de los que afortunadamente no tengo nada que contar) llegamos a Tucson, donde nos abastecimos para el fin de semana y al día siguiente cubrimos la hora y media que separa la ciudad del Rancho de Investigación Appleton-Whittell. Para ajustarse a las medidas de seguridad actuales, RDJ estuvo limitado a cien personas y a todas se nos requirió certificado de vacunación, refuerzo, y prueba negativa de covid, que la comitiva de bienvenida pedía al llegar.
HORA DE APRENDER
Después de encontrar un lugar para acampar, la tarde la pasamos saludando a caras familiares y conociendo nuevas, y luego nos unimos a la sesión de pláticas programadas para ese día. Primero le tocó el micrófono a una integrante de la organización indígena Indivisible Tohono, que toma parte en los asuntos que conciernen a la Nación Tohono O´odham, grupo indígena que tiene la característica particular de que su población está distribuida a ambos lados de la frontera entre Sonora y Arizona. Luego siguió la organización humanitaria No Más Muertes/No More Deaths, enfocada en prevenir el sufrimiento y la muerte de personas que cruzan el desierto en la región fronteriza Sonora-Arizona. La plática inició con un mapa de dicha región en el cual están marcados con puntos rojos los sitios donde han sido encontradas personas que han fallecido en su intento por entrar a los EEUU, y se nos explicó la política de “Prevención mediante la disuasión”.
Adoptada por el gobierno de los EEUU y ejercida por medio de la Patrulla Fronteriza, consiste en vigilar fuertemente los centros urbanos por donde tradicionalmente había afluencia de personas desde México hacia los EEUU de manera indocumentada, provocando así que busquen la alternativa de cruzar por puntos más aislados y por lo tanto más peligrosos, donde la naturaleza actúa como como disuasivo. La idea es, básicamente, que ante el riesgo de morir en el desierto las personas prefieran no cruzar hacia los EEUU; luego entonces, las dificultades y ultimadamente las muertes que ocurren en el cruce son el objetivo explícito de esta política. No Más Muertes actúa de manera directa colocando agua, alimentos y cobijas en la zona, haciendo operaciones de rescate, y proveyendo asistencia legal, lo cual los ha hecho el blanco de la Patrulla Fronteriza que ha detenido a varios de sus integrantes.
Tras esta sensible pero necesaria plática siguió un miembro de Save the Scenic Santa Ritas Association, un hombre originario de la zona que de manera casi poética nos contó sus andares por estas montañas y la labor para prevenir que una mina abra en la región. Para cerrar la noche tocó el turno al biólogo michoacano Ganesh, que trabaja en la organización Cuenca Los Ojos, un área protegida en el estado de Sonora adyacente a la frontera con Arizona que tiene la misión de proteger y restaurar el agua, la tierra y con ello la vida de lo que el uso para rancho ha ido degradando con el tiempo. Ganesh nos mostró imágenes de las cámaras trampa que tienen colocadas y donde es posible ver coatíes, jaguares, y hasta osos negros, especies que normalmente no asociamos con Sonora.
Todas estas organizaciones tienen sus orígenes y luchas particulares pero comparten las condiciones originadas por una de las fronteras más conflictivas del mundo, y es aquí, en Ruta del Jefe, donde encuentran un aforo en común.
¡A PEDALEAR!
La mañana empezó temprano de manera forzosa porque el frío no me dejó dormir más allá de las 5 am. Sábado es el día de pedalear, y RDJ ofrece cuatro opciones de rutas de diferente longitud: 44 km, 88 km, 113 km, y 219 km. Los primeros en partir son los de 219 km, programados a las 7 am. Sin embargo, desde que me desperté me enteré que había gente que ya había salido porque calculaban pasar todo el día afuera. Karla y yo nos anotamos en la de 44 km, programada para salir a las 9 am, así que tuvimos tiempo para tomar café, desayunar, y ver partir a los demás.
Pasadas las 8 am alistamos nuestras bicis y luego nos fuimos al punto de partida, donde había que firmar hora de salida y hora estimada de regreso. Al momento de salir se formó un grupo de ocho ciclistas y un corredor, nuestro amigo Aaron de Tucson que corre maratones cualquier día de su vida. Su plan inicial era correr junto al grupo hasta donde le duraran las ganas, pero conforme fuimos avanzando nos dimos cuenta de que el ritmo de las bicis y del corredor era el mismo: las bicis nos adelantábamos en las bajadas, y Aaron nos alcanzaba en las subidas. Toda la ruta seríamos acompañadas por un fuerte viento proveniente del sur, pero la convivencia y el paisaje lo hacían más llevadero; conforme avanzábamos por este territorio y con montañas a la vista, las pláticas de la noche anterior resonaban dentro de mi cabeza.
La rutina del sprint para adelantarse, tomar foto, y sprint para alcanzar al grupo me recordó lo poco que he pedaleado este invierno. Nuestro grupito estaba formado por bicis de varios tipos y personas de distinto origen, y se hizo un pacto no verbal de no dejar a nadie atrás. En las desviaciones y en las cimas de las múltiples subidas el grupo esperaba a quien viniera detrás, para luego volver a retomar. La ruta fue una mezcla de caminos de tierra compactada y pavimento, y los últimos kilómetros fueron aderezados con piedras de varios tamaños que fue la hora de brillar de las bicis de montaña. Tras cinco horas llegamos de vuelta al rancho, y en la meta celebramos chocándola entre todas. El resto de la tarde lo pasamos hablando con orgullo de cómo nuestro grupito se mantuvo junto, y de que teníamos un corredor.
Conforme pasaban las horas fueron llegando más participantes, cada quien con su distancia y aventuras respectivas bajo las piernas. Para terminar el sábado se encendió una fogata y hubo música en vivo, fue la hora de convivir y de seguir diciéndole a la gente que en nuestro grupo había un corredor. Conforme avanzaba la noche seguían llegando participantes, y al irnos a dormir aún faltaba por llegar más gente que estaba haciendo la ruta de 219 km. La mañana del domingo nos enteramos que algunas personas llegaron a las 3 am, y cerca del mediodía llegó alguien que al verse aún lejos de terminar decidió irse a pasar la noche a un hotel. Verles llegar me causaba admiración, y una inspiración momentánea para intentarlo el próximo año que se me pasó en cuanto nos fuimos de ahí.
¡HASTA LA PRÓXIMA!
Ruta del Jefe es un evento ejemplar, que además de estar organizado de manera impecable por Sara y su excelente equipo de voluntarixs, fusiona maravillosamente el activismo con el ciclismo. Las rutas nos llevan por los territorios cuya situación y conflictos aprendimos la noche anterior, pero empujados por el optimismo de que se puede hacer, y se está haciendo algo al respecto. El enfoque que prioriza el ciclismo de aventura por sobre el competitivo hace que las personas vayan con una intención más que el pedalear la mayor distancia en el menor tiempo posible, aunque puede haber algo de eso si unx así lo desea. Es definitivamente un evento del cual nos fuimos con las ganas y la promesa al aire de volver el próximo año.
Felicidades Dany!
Siempre he pensado que podemos viajar de otras maneras, » en una bici de letras » leer está aventura fue como saborear un poco de lo que vivieron y estar ahí.
Ojalá haya más aventuras !!
Mucha Suerte en este proyecto.
Es tan esperanzador para mí conocer que hay personas tan involucradas por mantener el respeto a la vida.
Felicidades Dany y Karla, un abrazo
Aprendi de la mejor. Atte: Dani
Muchas gracias Fito! Estoy de acuerdo contigo y si, definitivamente habra mas! Gracias por el apoyo.
Woow!! Primero que nada, muchas felicidades por el lanzamiento del proyecto queridos amig@. Excelente narrativa y fotografias, gracias por dar a conocer este tipo de eventos (desconocido Para muchos) muy interesante lo que se hace por todo (flora, fauna, tierra, agua, migrantes, etc.) Aparte que se hace sobre lo que amamos, las Biclas., un fuerte abrazo y ya estoy esperando con ansias la próxima historiaventura!!
Gracias JC! Esperamos que haya alguna aventurilla por tus rumbos cuando vayamos por alla, si nos lanzamos a la Sierra de Juarez hay mucho a donde ir!
superespectacular! felicidades para los dos
Graciaaaas! Viene mas proximamente.
Qué genial experiencia, de leerla dan ganas de, no solo ir a la RDJ, sino de buscar y asistir a eventos con enfoques similares!!
Gracias por compartir Karla y Dany
Les deseo mucho éxito!
Algo muy similar se está cocinando en una reservación cerca de Agua Prieta, te estaremos avisando e invitando por supuesto cuando suceda. Gracias Arturín, te queremos.
Qué delicia leerlos.
Gracias por compartir a quienes nos estamos acercando por primera vez al gravel .
Angélica @misshistoria_ de @chulas.cc
Gracias por tomarte el tiempo! Estamos trabajando para organizar algo similar en Sonora, les haremos llegar la invitación a las Chulas CC.
Thanks for your blog, nice to read. Do not stop.